La operatoria incluyó una combinación de cruceros de gran porte vinculados a rutas bioceánicas y una fuerte presencia de embarcaciones especializadas en turismo antártico, lo que implicó una dinámica portuaria compleja, con múltiples escalas, recambios de pasajeros y servicios logísticos en simultáneo.
El movimiento portuario se tradujo en la llegada de miles de visitantes a la ciudad, con impacto directo en el comercio, los servicios turísticos y la oferta gastronómica y cultural de Ushuaia, fortaleciendo la articulación entre la actividad portuaria y la dinámica urbana.
Este balance confirma el rol estratégico de Ushuaia como principal nodo logístico del turismo antártico y destaca la capacidad de Tierra del Fuego para sostener jornadas de alta exigencia operativa, con estándares acordes a su proyección nacional e internacional.